la gana, declaro que el Burro es el ciudadano más culpable de todos nosotros. (Aumenta el viento y la tormenta se oye más cerca.) Por tanto, y con el fin de que el cielo aplaque sus iras y aleje de nosotros el terrible mal de la peste, se lo ofrezco como ejemplar sacrificio y como muestra de nuestro deseo de justicia. (Sin dejar de devorar el conejo, exclama dirigiendose al Verdugo.) ¡Verdúguez! ¿Hacha afilada