loSabré vestirme, sabré fingir tus protocolos, sabré sentarme... sin que nadie llegue a sospechar? VILLIER.- .- Nadie puede sospechar nada de una baronesa de Gastonneaux. ((La toma en sus brazos y la deposita en el canapé.)) Cálmate, mi amor. Si no fuera por estos secretos ¿qué matrimonio puede prometerse la verdadera felicidad? ZOÉ.- Pero ¿tú crees que hay otras, que hay alguna más? Quisiera