de que se iba a realizar la transacción y por qué conducto, puso sobre aviso al cojo y éste envió a sus esbirros a Madrid. Por supuesto, ni a Muscle Power ni a sus cómplices, que son unos maleantes de andar por casa, se les pasó por la cabeza asesinarme, aunque sí se percataron de la necesidad de impedir que yo, descubierta la sustracción, acudiera a la cafetería Roncesvalles e informara a los destinatarios del dinero de su desaparición. Y
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ANDARII.1a - ( (de) Andar por casa ) Ser [alguien] de poco rigor o pocas pretensiones