con mis jadeos. Caí al suelo derrengado y aspiré allí los malsanos gases del coche, que a la sazón se desvanecía entre el magma de autobuses, motos y otros medios de transporte. Con el magro saldo de mis fuerzas logré arrastrarme hasta la acera, evitando así ser atropellado por los vehículos que venían detrás tocando la bocina y armando escándalo y, una vez a salvo y no obstante la barahúnda reinante, me tendí en el empedrado y descabecé un sueñecito.
LAB:039.05
ARRASTRARI - Llevar por el suelo, llevar consigo al marcharse.