VICTOR.- ¿Es cierto eso? MIRIAM.- Te estuve esperando mucho tiempo, mucho... tenía el presentimiento de que el día menos pensado ibas a entrar otra vez por esa puerta... VICTOR.- Y no te has equivocado... MIRIAM.- Hasta que dejé de esperar. VICTOR.- También a mí me costó mucho olvidarte. (Pausa.) Gracias por la tarta. Hace años que nadie se acordaba de mis preferencias por la tarta de naranja