Texto contextualizado: |
se Quintero retrataron con gracia el vicio español de tomar el retruécano y el desplante retórico, conceptualmente hueros y lógicamente incongruentes, por verdaderos argumentos. "Pero digo yo: ¿consultó usted a su padre para subir al balcón?", repite una y otra vez el inefable tío Cayetano, como el argumento definitivo e irrebatible. Todavía en disputas de matones, que al fin son juegos de competencia personal, se comprende y se admite que prevalezcan y se den por victoriosos la |
RAT:133.07 |