hace falta. -Echa una cabezadita; anda... Como el primer día. -Pues mira, si no te importa... - ¡ Pero no sentado ahí, tonto!... Aquí, es muy ancha. La mano femenina se posa en la parte vacía de la gran cama de matrimonio. Luego sube hasta el embozo y empieza a bajarlo. El hombre se envara: