siglo, y recordó en concreto --las anécdotas eran su fuerte-- el llamado «tributo de sangre». Cada cinco años los turcos raptaban de sus hogares a los jóvenes de 10 a 18 años más sanos y vigorosos. Eran conducidos a Constantinopla y tras una férrea educación militar e islámica, regresaban a la que había sido su tierra para colaborar activamente con los invasores. Acababan convirtiendose en los más fieles y crueles represores de sus compatriotas. El guarda, tras hablar
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CONDUCIRI.3a - Dirigir [algo o a alguien], forzosamente o no, [a un lugar]