alguna desaprensiva y se quedaría con él. Pasa mucho. --¡Yo tengo una cabeza para los novios! Voy pensando en las ropas, y claro, me dejo el novio en cualquier paragüero. Esta dislocada caricatura podría haberse aplicado igualmente a muchas películas norteamericanas a las que se atribuía «un sentido de lo cómico inaceptable y una psicología infantil de todo punto bochornosa». Para censurar tanta trivialidad, la prosa oficial, a la hora de oponerle ejemplos españoles de
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APLICARI.2 - (fig.) Emplear o hacer uso de [algo] para un determinado fin