se ilustrada racionalidad llegada a cumplimiento está acabando de borrar del mundo como a una pura aprensión supersticiosa que es necesario exorcizar, hundir en el descrédito, como la trivial fábula del duende del castillo, del alma en pena del antiguo caballero que habita en la armadura. Tal me parece que debe de ser el mecanismo por el que la universalidad y la necesidad, en la acepción que fuere, se muestran tan inclinadas a venir de la mano como dos hermanas, sin que se