produce desazón. Quiere rascarse. También limpiar los regueros. Afirma las manos en los costados contrarios para cerrar mejor los brazos en torno al vientre. El dolor persiste. Los goterones de sudor rebasan el pelo de las patillas y descienden por el filo de la mandíbula, muy fríos. El vientre es cálido bajo los antebrazos. Quizá pueda atrapar los goterones con las comisuras de los labios. Uno nuevo se desliza por el pliegue de la piel que conduce al entrecejo.