desconsoladamente--, desapareció del balneario sin dejar rastro. Cuando llegó la policía, además de levantar acta de la muerte, se vio obligada a emitir una orden de búsqueda y captura contra Marescu. Los hechos estaban suficientemente claros --nadie dudaba de que Adriana se había suicidado--, pero el hecho de que entre ellos existiera una relación sentimental y sobre todo su repentina e inexplicable huida, inspiraron en los agentes algunas dudas que quisieron esclarecer. Jano, los padres de Betina,