también es deslumbrante vivir en una gran ciudad nevada. Es alegre salir forrada de pieles de la cabeza a los pies, andar entre la gente, entre el color y el ruido de las calles, sorteando columnas de vapor que se elevan del suelo, aliento ciego desprendido de trenes subterráneos repletos de topos cansados. Es hermoso vivir en cualquier parte si te das cuenta de que estás viviendo. Ahora me dirás: estás enamorada... Quizá, tal vez, no puedo asegurarlo