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de los viejos burócratas, con la excepción de Kania y el general Jaruselski. Los dirigentes rusos vieron con una mezcla de estupefacción e indignación todos estos cambios. Varias veces Kania y los otros dirigentes polacos fueron llamados a Moscú, para dar explicaciones y recibir instrucciones. El Comité Central del Partido Comunista Ruso envió una carta conminatoria al de Polonia: «La ofensiva de las fuerzas enemigas del socialismo amenaza a nuestra comunidad, a nuestras fronteras y a nuestra común seguridad.» En |
TIE:201.33 |