avidez de la población urbana por adoptar las formas de vida de Occidente, especialmente las norteamericanas. No es exagerado hablar de la «americanización» de la juventud de las grandes ciudades. La fascinación ante la sociedad de Occidente no se detiene en la imitación de sus manifestaciones más lamentables como el «consumismo». Apenas si es necesario recordar que los trabajadores rusos carecen de los derechos sindicales básicos, tales como los de huelga, asociación, reunión y libre afiliación. ¿Es