a peligro, la escapada oportunísima, el disparo que le alcanzó en el costado y su truco para despistar a la Gestapo ocultandose en el pilón de la fuente monumental, metidos en el agua como San Cristóbal... Luego la mujer guiandole valerosamente por la ciudad desconocida, hasta ponerle a salvo en un escondite de la resistencia, donde sólo entonces ella se permitió temblar de miedo... ¿ Cómo le ha costado tanto recordar la inolvidable San Silvestre que les condujo a Rímini