. «Etnólogo», dice... A lo mejor es el especialista que le atiende. Afortunadamente el profesor está en casa. Por las señas personales identifica rápidamente al viejo. No, no es un delincuente ni un simulador; ciertamente padece fallos de memoria. No puede darles la dirección, pero la conoce Valerio Ferlini, el hijo del abogado, cuyo teléfono facilita. Si no encuentran a la familia, el propio profesor se declara dispuesto a recoger al viejo en la