sensibilidad, los ojos asombrados sugieren una actitud de admiración hacia la vida; la boca reflexiva con una leve sonrisa; veo a las tres Angelinas; antes, durante y después del embarazo, veo mi vientre abultado en que te has detenido morosamente: "Diego, hijo", escribíste, y en otro rincón de la tela: "La dulce Angelina." Alguna vez me dijiste: "Aquí todos son rostros claros sobre fondos más oscuros. En mi país todos