y XVII baja a la tierra y se vuelve «proceso histórico»; a su vez, el «proceso histórico» encarna en este o aquel líder: Stalin, Mao, Fidel. El totalitarismo confisca las formas religiosas, las vacía de su contenido y se recubre con ellas. La democracia moderna había consumado la separación entre la religión y la política; el totalitarismo las vuelve a unir, pero invertidas: el contenido de la política del monarca absoluto era religioso; ahora