le cuarenta años atrás, rechinó la llave que a él le encerraba en la Gestapo de Rímini: «Pagó Petrone; le eligieron a él. Era muy hombre y no habló; gracias a eso me salvé... Igual podía haberme tocado a mí», evoca el viejo, recordando los alaridos y los insultos, primero, los gemidos y estertores al final, de su compañero torturado al otro lado del tabique. Silencio en la casa. El viejo aguarda, exasperado
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TOCARII.2 - Sobrevenir [a una persona] [cierta molestia o desgracia]