ROSA.- (Muy fuerte.) ¡Mientes! (Se suelta con brusquedad y va hacia el pasillo muy agitada. Al acercarse a la entrada, penetra por ella una fría y poderosa claridad en la que ROSA queda absorta.) [ NÉSTOR.- (Tras ella.) Yo no sé creer, pero si tú crees en otra vida donde abrazarás a Carmela, consuélate y vive con esa esperanza. Porque aquí no volverás a tener en tus brazos a