la alfombra y no en la cama en la que recordaba haberme tendido me hicieron pensar que, después de todo, sí me habían administrado un narcótico. Como no llevaba reloj, gateé hasta el camarero y vi que el suyo señalaba las cinco en punto. No sin vacilaciones fui hasta la cama y levanté la almohada. El maletín seguía allí, pero la cerradura había sido forzada. Lo abrí y lo hallé vacío. Revolví la habitación, enrollé la alfombra y arranqué
LAB:032.31
SEÑALARI.1a - Apuntar [la manecilla del reloj] [cierta hora]