hambrientos vendían de estraperlo... Hasta cuándo... David se aburría. Algunas veces, sobre las tazas de té flotaba la noticia, el anuncio del peligro, el comentario prohibido. --Que no salga de aquí --decía un contertulio. Bajaban la voz para que las palabras no pasaran más allá de la puerta de cristales, cerrada ya con llave. «Como si las palabras --pensaba David-- pudieran escapar y saltar a la calle, igual que las canicas cuando se abre
JOV:024.33
BAJAR.2 - (Fig.) Reducir a menor cantidad, cualidad o rango.