de todos, y, consiguientemente, obligatoria para todos, como una asignatura de cultura general, al mismo tiempo que es la única historia, o sea, la única que hay o se permite que haya. Por definición, no caben en su seno pleitos particulares ni querellas parciales; toda cuestión que en ella se debate es un pleito total y, por tanto, final. Sus antagonismos son, pues, escatológicos, o sea, definitivos, últimos, totales, de