queda cumplido jurando, puede ser demandado a la vista de un incumplimiento. Así también parece que el contenido del acto de afirmación no puede ser sino la ratificación, la fijación, el establecimiento de una identidad. El acto de afirmación asienta una identidad como quien clava una pica en el suelo; el acto de afirmación sería, en principio, según esto, en su propia índole psíquica, un acto tautológico. Pero no hay que ser positivista, y es lícito querer o