la ceremonia religiosa más solemne de toda nuestra vida, pues, en efecto, nada menos que siete mitras llegaron a reunirse en el gran hangar del campo de aviación, único espacio cubierto de amplitud suficiente, al parecer, para albergar tan magna celebración como era la consagración del nuevo obispo de la diócesis católica de Gibraltar, cuya confesión comprende el 74,5% de la población gibraltareña. Tres mitras arzobispales: la del arzobispo católico de Southwark, que fue quien entregó el báculo