opinión. Es ésta una ocasión demasiado alta para mis merecimientos. JACOBO.- (Irritado) Entiendo muy bien. Sois un hombre de iglesia, humilde, al servicio siempre de más altos intereses. En fin, que no queréis aclarar nada. MAFFEI.- No os irritéis conmigo, señor. Sólo puedo deciros, si esto os sirve de orientación, que cuando vine hacia acá, Monseñor Riario conversaba con Lorenzo después de haber visitado las galerías de las estatuas.