cayó con tan mala suerte que se abrió la cabeza. A mí, en cambio, sólo me dio de refilón. Por eso... (Sin terminar la frase, muestra su brazo escayolado.) CHUS.- (Enérgico, avanzando hacia Miguel, como formando a su lado.) ¡Debiste denunciar! ¡Debiste decir la verdad! JUAN.- No habrás convencido a nadie. El brazo pudo habértelo roto un coche pero, esto, y esto...