con esa desdichada Carta de los Derechos Humanos, sólo hemos conseguido fortalecer a los maleantes. Vamos hacia el caos. MATILDE.- Por favor, no es el momento para que nos abrumes con tus sermones fascistas, cariño. ERNESTO.-¡Nosoyfascista!Perosíamolasjerarquías, la disciplina y el orden. Considero imprescindible el acatamiento de las normas establecidas. JULIA.- (A Javier.) Esa dirección que dijo precipitadamente, Arturo Soria no