disfraz de maja madrileña por el de una amiga. Y así, vestida con el hábito y careta que se suponía de Doña Inés, fue a invitarte a bailar con ella. Añadió que desde entonces ya no os separasteisnunca,hastatumuerte,pocoantesdeélnacer. Pero no creas que él mostraba gravedad alguna en sus palabras ni que, de alguna manera, admiraba vuestro amor. No. Lo que más le atraía de aquella imagen tuya era