Texto contextualizado: |
mi hermano. Se nos acercó hasta encuadrarse en el marco de la puerta, impidiendonos deliberadamente el paso. Sentí su mirada hostil sobre todas nosotras por igual. En aquel instante yo constituía para él una sola cosa junto a las otras mujeres. --¿Queréis pasar? --dijo él sonriendo, extraño y cínico. --¡Dios mío, ayudale! --rogó tía Elisa con voz temblorosa. --Ten cuidado --aconsejó él en son de burla--: si no sabes muy bien dónde está Dios, a lo mejor te equivocas |
SUR:103.05 |