las propias aguas se encargarían del resto, dejandolos en disposición de concentrar todo el esfuerzo de sus armas sobre el lienzo norte, confrontado al itsmo, dispusieron y sostuvieron el combate de conformidad con esta espectativa y animados por estaconfianza.Deestamaneraelconde,alenfrentarseconunaresistencia cuyo aliento y fe de victoria, lejos de disminuir, iba en aumento conforme se acercaba la altamar, no pudo expugnar los muros en el lapso de tiempo que le fue propicio y hubo de verse finalmente alcanzado por las