pero no con mamá y contigo, como yo había esperado, sino con Josefa y Agustina. Era la segunda película que iba a ver en mi vida. Josefa había elegido aquélla porque era la historia de una santa: Juana de Arco. Cómo me impresionó aquella mujer. Enseguida deseéserella.Durantedíasydíasnohabléde otra cosa. Jugaba yo sola, protagonizando en mi imaginación las mismas experiencias que había vivido la santa. Quizás por eso, aquella tarde que mamá me encerró