del cielo. RAMON.- Entonces igual que yo. EDUARDO.- He pensado mucho a quién debería dejar esta finca. Con el resto no hay problema: en partes iguales entre los cuatro. Pero esta propiedad... (ReapareceEmiconelzumodenaranja.Peroalescuchar las últimas palabras de su marido, se detiene y luego opta por marcharse sin interrumpir la conversación.) ERNESTO.- ¿Es necesario hablar de eso? Lo que quieras.