Texto contextualizado: |
día subimos las rampas de la Giralda sin decir una sola palabra. Ella estaba ausente, pensativa, no me prestaba atención. Quizás por eso, cuando llegamos arriba, yo empecé a mostrarle la ciudad, hablando mucho y tontamente. Estaba nervioso y de pronto se me ocurrió decirle de broma: "En un lugar como éste, más o menos, debió de aparecerse el Diablo a Cristo cuando le dijo: "Si, postrándote ante mí, me adorases, yo te daría todos esos pueblos que ves, con sus riquezas y tesoros". Ella |
SUR:051.05 |