RAMON.- Yo ya tengo cincuenta. ADELA.- Me pilló en París. ¡Cuarenta años!... A los veinte nunca imaginas que los puedas llegar a cumplir. Pero aquí están. Estoy en la etapa de las cremas y los tratamientos debelleza.Dentrodepocoempezaréconlacirugíaestética. Y a los cincuenta, con los amantes jóvenes... La lucha desesperada contra la vejez, que se pierde siempre. RAMON.- No creí que fueras una mujer que se preocupara