fuerza a mi afirmación y para provocar en ella alguna reacción descontrolada que pudiera aclararme algo. Pero Catalina se limitó a ordenarme: --Tú no dejes nunca solo a tu hermano. --¿Por qué? ¿Hay algún peligro? Ellanoquisorespondermeysemarchódespuésde decirme: --Hazme caso, niña, y no preguntes tonterías. Yo ya sabía que "tontería" era la palabra con que Catalina solía nombrar, tratando de