Sí, estoy satisfecho. ¿Por qué no? He alcanzado todas las metas que me proponía. JAVIER.- ¡Todas! Qué suerte... RAMON.- Tal vez no fueran muy ambiciosas. ERNESTO.- ¿Las tuyas sí? JAVIER.-(Haidoaprepararseunwhisky)Lasambiciones siempre son «ambiciosas». Luego hay que conformarse con los saldos. ¿Sabéis por qué recuerdo tan a menudo nuestras cacerías infantiles de murciélagos? Cuando los soltábamos y