su meliflua cadencia y que empleaba un prosaico acento de Sants--, pero el señor aquel que estaba con ustedes, ya saben el que digo, pues que lo hemos encontrado en los servicios, indispuesto. --¿Indispuesto? --dije yo. --Tododespatarradoportierra--aclaróelchino--. Si tendrían la bondad de venir. Yo, es que no quiero líos. Corrimos en pos del chino y llegamos ante una puerta que decía: CABALLEROS. El