que escuché hasta que, cansado, decidí colgar. Estaba en un tris de dormirme cuando alguien tocó a la puerta. Pregunté quién era. --Servicio de bar --dijo una voz. --Yo no he pedido nada --le informé. --Gentilezadelacasa--aclarólavoz. Nunca rechazo nada gratis, de modo que abrí. Entró un camarero portando con la singular habilidad que les caracteriza una bandeja de plástico sobre la que había un vaso y