Vas a despertarle. MIRIAM.- ¡Que mas da! Anda, dimelo ya, sueltalo de una vez sin miedo... BERTA.- ¿Qué? MIRIAM.- Pues todos esos insultos y barbaridades que estás pensando de mí. BERTA.-Teequivocas. MIRIAM.- Dime que sigo siendo una ramera, una prostituta barata, dispuesta a abrirse de piernas en cualquier momento y con cualquiera. BERTA.- Por favor,