quedarse se les servirán pastas secas y tisana. Nadie hizo ademán de levantarse y algunos dieron olés y pronunciaron frases de gratitud, aunque casi todos arrugaban la nariz, fruncían los labios y sacaban un palmo de lengua en clara demostración derepugnancia.Indiferentealocual,agrególavoz: --Pebrotines, ¿está usted ahí? Nuestro acompañante hizo la zalema y dijo dirigiendose a la tostadora: --Siempre a sus órdenes. Y volviendose a nosotros