to be english" ("Estoy avergonzado de ser inglés"), sabiendo distinguir entre unos pobres soldados inocentes y el loco fascista que los llevó a la guerra, y reprobando la actitud de quien, bien respaldada por el álibi de la universal impopularidad de Galtieri, no anduvoreparandoensacrificardelmodomásalevevidasdeinocentes para llevar adelante sus estúpidos planes de grandeza. La diferencia entre las democracias y los países trastelónicos es, sobre todo -o exclusivamente-, esta misma que ahora habría permitido a los