desde ningún punto de vista antropológico, cultural, historicista, sociológico, psicológico o freudiano, sino en toda su dignidad de religión y de espíritu, ni tampoco lo confronto a los criterios de ninguna instancia extraña, sino a los de su propio ideal. Esciertoqueesonoquita,sinembargo,paraquepuedaaúndecirque tampoco son maneras mi festiva y benigna irreverencia con el Papa, pero el que no pueda él por menos de sentirla como una ofensa suficiente para estimar con ello roto de partida cualquier clima de diálogo, sólo se debe a