, el gran idealista". Pero más todavía; no contento con justificar con el encubrimiento la simple falta de pruebas, el artículo -como queriendo constituirse en el historial clínico paradigmático e insustituible en cualquier estudio oteoríasobrelaparanoia-rizaelrizodelaargumentación,inventando un subterfugio para convertir en evidencia a favor no ya la falta de pruebas a favor, sino la propia presencia de pruebas en contra. Se trata del mismísimo procedimiento por el cual la clásica paranoia del celoso