gran emperador Samuel. Había dejado de ser aquel foco de cultura hablada y escrita cuando los hermanos Cirilo, Metodio, Clemente y Naum, entre otros, recorrieron aquellos parajes para fertilizarlos con su sabiduría. Sólo la primitiva iglesia se hallaba en pie y estaba muy bien conservada. Larodeabanunagrancantidaddeenmarañadas ruinas, los restos del primitivo cenobio. Pronto apareció un guarda que se ofreció animosamente para mostrarles el lugar. Las ruinas no llegaban hasta el centro de