. Marescu les había hablado, en concreto, del monasterio de Nauzí -famoso por sus bellísimos frescos- y llegó incluso a proponer que hicieran una excursión a él antes de separarse. Pero volvamos al paseo de Jano y al pueblo. Era díademercadoy,sinproponérselo,seencontrósumergido en una muchedumbre multicolor que deambulaba lentamente entre los puestecillos de frutas y verduras. Jano volvió a sentir la dicha que suponía estar en contacto con otros seres, con