Texto contextualizado: |
. Los bucles o rizos han de caer en ligera cascada sobre las sienes, procurando siempre que no se convierta en catarata del Niágara. Se llevaban también los turbantes y, sobre todo, los pañuelos a la cabeza, anudados en la nuca o bajo la barbilla, lo cual daba a la usuaria un aire de aldeana regional, muy grato a las consignas de la Sección Femenina. A principios de la década de los cincuenta, esta forma de esconder el pelo y privarlo de sus encantos naturales empezó a no gustar tanto. En una encuesta |
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