enfrentar a un hijo con su madre, a no ser que concurran circunstancias muy graves de orden religioso o moral que lo aconsejen... Tú no debes aspirar a mandar y decidir... Procura ganarte el cariño de tu suegraabasede«saberlallevar».Nadatecuestaponeruna cara sonriente y agradable. Volvemos a lo de siempre, a la prédica de la sumisión y la sonrisa. A un hombre, en el fondo de su alma, podían hartarle