en una lucha mal planteada. Mal planteada para todos, pero aún más ciega para quien ni siquiera tenía localizado al enemigo, que era el caso de muchas chicas de postguerra. El enfrentamiento de la carne con el espíritu, implícito en la devoción incondicional a la Virgen María, creabaenellas,conelansiapersonaldeidentificación,escrúpulos de un cariz muy peculiar. Desde que una niña se preparaba para tomar la primera comunión, momento en que el problema de la pureza se planteaba, tenía que enfrentarse, por de pronto, con